La unión de este dúo es tan improbable como problemática. Son signos con ópticas de la vida tan diferentes que sería pedirles que hicieran un sacrificio demasiado grande cambiar para estar juntos.
Tauro es el rey de la posesividad, mientras que Géminis reina en los terrenos de la libertad. Esto generará una serie de reclamos por parte del toro a los que el representante de los gemelos no podrá responder como su compañero quisiera.
Por otra parte, a Géminis le encanta conversar y siempre está al día con las noticias y descubrimientos a nivel mundial. Pero Tauro es de muy pocas palabras y esto podría llegar a ofender a Géminis, al tiempo que el toro se sentirá apabullado por tanto ruido a su alrededor.
Tal vez el punto de quiebre pueda llegar a ser el hecho de que Géminis no cuenta con un plan a futuro, sino que vive el hoy tan intensamente como si no hubiera mañana. Esto es algo que a Tauro le aterra, ya que al contrario de su compañero, sabe muy bien que es sacrificando los placeres del ahora que se logra sentar las bases para un mañana que nos encuentre con dinero en el banco, una casa paga y mucha salud.
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