La unión de estas dos criaturas del agua trae como resultado una pareja en la cual reina la ternura y la armonía, pero tendrán que luchar juntos con dureza contra el mundo que se les querrá venir encima.
La inocencia y buenas intenciones de Piscis se verán por duplicado cuando juntos decidan formar una unión romántica. Será una relación en la que el respeto, la consideración del otro por encima de uno mismo y la complacencia del ser amado serán las etiquetas que todos podrán ver.
En esta pareja no hay apariencias, sino una realidad que los llevará a amarse más cada día. Sin embargo, su tendencia a la pereza puede llevarlos a tener problemas con el mundo que los rodea. No hay en esta unión un cable a tierra, sino que cada uno alimentará los sueños y la irrealidad del otro, por lo que se genera el riesgo de pensar que pueden vivir al margen de las normas sociales sin que haya consecuencias.
En el sexo habrá un entendimiento de almas, pero no siempre de cuerpos. Cuando la espiritualidad toma todo el terreno en la sexualidad, también hay riesgo de que los encuentros sean cada vez más etéreos. Tendrán que darse un baño de realidad para que el mundo y su propia espiritualidad no terminen por hacer que esta pareja termine perdiéndose en vez de encontrándose.
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