No hay mucho que estos signos puedan compartir, por lo que no podemos hablar de una compatibilidad amorosa que los lleve a encontrarse cómodos el uno con el otro.
Libra tiene una energía demasiado alta para el apacible Piscis. Al comienzo, el complaciente hijo de la balanza intentará bajar su ímpetu, su tono de voz y hasta se privará de hacer sugerencias de salidas o actividades para hacer juntos. Pero a medida que la relación avance, sentirá que es muy poco lo que Piscis le da y siempre estará esperando que su pareja lo sorprenda.
Piscis es un signo que le cuesta mucho encontrar la forma de sorprender al otro, en especial si su pareja es un Libra. El pez se sentirá perdido ante el dinamismo y los cambios de Libra. No terminará de acostumbrarse a la versión de su amante que hoy tiene, cuando Libra aparecerá ante él con un nuevo color de pelo, un estilo de vestimenta hasta ahora nunca visto, un nuevo menú en la mesa y con la noticia de que deja su empleo para dedicarse a lo que siempre le ha fascinado.
Por su parte, Libra sentirá que al lado de Piscis nada cambia, excepto su estado de ánimo, que pasará de alegre a melancólico sin ninguna explicación.
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