Para ser honestos, estos dos signos tienen muy poco en común, por no decir nada. Libra es una ráfaga que aparecerá para desestabilizar las estructuras de Capricornio. Nada bueno puede resultar de una unión entre la libertad y la excesiva autodisciplina.
Libra, en su afán de llevar alegría a cada corazón, hará toda clase de intentos para que Capricornio deje de estar tan pendiente de sus responsabilidades y se olvide por un rato de los problemas. Pero esto será tomado como un acto de inmadurez por parte de la cabra, quien jamás abandonará sus obligaciones, y menos aún para salir a divertirse.
Capricornio intentará hacer entrar en razón a Libra para que deje de diversificarse tanto y se centre en una sola cosa. Pero esto no será otra cosa que un grave error, más aún si Libra decide aceptar el desafío para complacer a su pareja.
El resultado será dos personas que sentirán que han sido sacadas del medio en el que siempre vivieron y que, por cierto, lo hicieron de forma muy feliz hasta ahora.
La aparición de cada uno en la vida del otro no será más que un sacudón a lo que estaban acostumbrados y no se sentirán cómodos el uno con el otro.
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