Esta es una combinación peligrosa, en especial por lo tramposa que puede llegar a ser sin que ninguno de los dos se dé cuenta. El afán por estar juntos puede transformarlos en muy buenos actores al principio, pero deberán pagar un alto precio si es que se enamoran.
Para atraer al arquero, Cáncer puede fingir que le dará las libertades que este necesita. Pero lo cierto es que sus necesidades afectivas nada tienen que ver con el estilo de vida licencioso de Sagitario, por lo que poco a poco intentará atraerlo hacia sí con artilugios de seducción, ante los que el centauro es totalmente inmune y esto les generará un buen manojo de problemas a la pareja.
Los chantajes emocionales de Cáncer son un verdadero veneno para un signo que necesita de aire, espacio y libertad para expresarse, por lo que pronto la separación empezará a amenazar lo que comenzó siendo un idilio muy prometedor.
El hogar que Cáncer prepare para comenzar una familia, terminará quedando vacío de la presencia de Sagitario en él, puesto que lo que este nativo busca es la conquista de nuevos horizontes y arraigarse en un lugar implicaría la renuncia de sus más apreciados y fantásticos sueños.
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